La historia del «Rey Lopitos»: Fundador de las colonias de Acapulco

Sobres Brody… ahora te vamos a contar una historia que seguro la has escuchado muchas veces por parte de tus papás o abuelos, pues en los años 60’s había un personaje muy famoso y querido por los acapulqueños y lo llamaban el «Rey Lopitos», el mismísimo padre del ex alcalde Alberto López Rosas.

Alfredo López Cisneros originario de Ometepec, era un destacado estudiante, muy bueno para la oratoria y reconocido en su tierra natal. Se destacó desde joven por luchar contra las injusticias y apoyar a las causas sociales.

Llegó a Acapulco en los años 30’s y trabajó como abonero, luego abrió su propio restaurante en la avenida Cuauhtémoc donde conoció a gran parte de la sociedad Acapulqueña en aquel entonces, años después se convirtió en reportero y gerente del Diario La Verdad con el que comenzó a ser escuchado en todos los rincones del puerto.

Organizó y apoyó a los acapulqueños que no tenían un lugar donde vivir por lo que creo el Comité de Lucha Contra la Carestía de la Vida y comenzó una lucha contra los casatenientes con la cual impulsó la invasión de terrenos baldíos. Fue así como logró formar varias colonias en el puerto, entre ellas Mozimba, Centro, Cañada de los Amates, La Laja, La Y, entre muchas otras que hoy conocemos.

Su fama y poder creció tanto en Acapulco que fue considerado como un gran líder del puerto, salía en la portada de los periódicos, hablaban de él en la radio y con la ayuda de las miles de personas que recibieron sus beneficios, fundó la Unión de Colonos de La Laja, la asociación civil más poderosa de Acapulco, quienes podían tomar decisiones sobre la vida política del puerto.

Su liderazgo fue reconocido a nivel nacional y el entonces presidente de México, Adolfo López Mateos lo llamó «pariente» y le concedió la legalización de los terrenos de todas las colonias que fundó en Acapulco.

Siendo un personaje destacado también tuvo muchos enemigos y tras convertirse en el primer síndico de Acapulco fue asesinado a balazos en 1967 sobre la avenida Farallón.

Hoy muchos acapulqueños recuerdan su historia, le compusieron su propio corrido y actualmente tiene una estatua en la colonia La Laja.